"FIRA DE SANT PONÇ"

Lleva dos días lloviendo, ¡bendita lluvia!. En toda el área metropolitana de Barcelona estamos pasando una de las más rigurosas sequías de los últimos tiempos. Las fuentes aparecen tristes y secas, a los vecinos se nos ha prohibido regar nuestros jardines, y las comunidades no pueden llenar las piscinas. En la prensa se han escrito páginas y páginas proponiendo soluciones para el problema que nos acecha, especialmente a la ciudad de Barcelona, y mientras todo esto sucede, ¡zas! empieza a llover, bueno no de forma exagerada pero va lloviendo seguidito.

Hoy día 11, la lluvia ha cesado y parece que el tiempo va a respetar el paseo que muchos barceloneses desde hace siglos hacen en este día para festejar Sant Ponç.

La de Sant Ponç, es una de las ferias más antiguas de Cataluña. El Costumari Catalán, que compendia las fiestas y costumbres que se celebran en esta región, data el inicio de esta celebración en el siglo XVI.

Esta fiesta se celebra en homenaje a Sant Ponç, patrón de herbolarios y apicultores. Cuentan que este santo llegó a Barcelona, huyendo de sus perseguidores y encontró tanta miseria y enfermedad en la ciudad, que se puso de inmediato, sirviéndose de sus conocimientos, a preparar ungüentos y remedios medicinales, con los que aliviar a sus vecinos; estos en agradecimiento a su labor decidieron celebrar la fiesta de las hierbas en su honor, rindiéndole así culto.

Son muchas las poblaciones catalanas que celebran esta fiesta y en la misma Barcelona se festeja en diferentes barrios, no obstante la feria más tradicional es la que se sitúa en el barrio del Raval (antiguo barrio chino) concretamente en la calle Hospital entre las Ramblas y la nueva Rambla del Raval.

Este día la calle Hospital se llena hasta los topes, "de gom a gom", como diríamos aquí. En algunos momentos es casi imposible transitar pero merece la pena. El aroma que desprenden las plantas medicinales que este día se exponen para la venta, en sus más de doscientas paradas, impregnan el aire de un agradable perfume, podemos encontrar: tomillo, romero, manzanilla, ruda, laurel, ajedrea, retama, tila, María Luisa..

Hay infinitas clases de miel, cada una destinada a combatir alguna dolencia: de acacia, alfalfa, encina, almendro, madroño, abeto, brezo, castaño, espliego, eucalipto, tomillo, girasol, limonero, mil flores, manzano, romero, roble, ajedrea, naranjo, tilo, esparceta....

Otro de los productos tradicionales que llenan la calle de colorido, son las frutas: escarchadas, en almíbar, en confitura...

También se venden panales de miel, dulces, de higo, de membrillo, y montones y montones de caramelos de elaboración artesanal. Tampoco faltan, como en casi todas las ferias populares los ungüentos, pomadas..., en fin todo aquello que siendo de origen natural sirve para aliviar dolencias o simplemente para deleitarnos.

En otro tiempo imperaba una costumbre que era la de limpiar la casa a fondo el día de Sant Ponç; decía la tradición que si así se hacía la casa quedaba libre de parásitos durante todo el año. Otra tradición era la de colocar un manojo de hierbas compradas ese día bajo la cama, para así alejar a los malos espíritus.

La verdad es que hemos pasado un buen rato inspeccionando los contenidos de las paradas, y al final provistos de algunas hierbas para preparar aceite y un par de botes de miel nos disponíamos a terminar nuestro recorrido en la Rambla del Raval, cuando allí hemos encontrado una concentración-exhibición de "puntaires", encajeras, mas de cien, que reunidas en grupos hacían bolillos con una maestría y rapidez increíble. Estaban allí para también a su manera honrar a Sant Ponç, según es costumbre. No nos hemos podido resistir a admirar su obra y a entablar agradable conversación con alguna de ellas. El hecho de que este año la fiesta coincidiera en domingo ha dado especial brillantez a la festividad.

Y así es como ha transcurrido nuestra "Fira de Sant Ponç"