Estos días voy muy ajetreada, con apenas tiempo para meterme en la cocina, me ha llamado uno de mis hijos anunciándome que venía a comer con un par de amigos. Había hecho calamares guisados abundantes, por lo que no suponía ningún problema, pero ¿que les daba de primer plato?, y entonces hice eso que hacemos todas las mujeres, abrir la puerta de la nevera y mirar. Como dice una amiga mía:
Una mujer abre una nevera y a poco que haya, es capaz de preparar un plato convincente.
Un hombre abre esa misma nevera y la vuelve a cerrar diciendo, "con lo que queda aquí dentro es imposible preparar nada, encargaremos unas pizzas".
Bueno, ahora que no se me enfaden mis amigos bloggeros, que hombres hay de muchos tipos.
A lo que íbamos:
En la nevera encontré una lechuga exultante, una bandeja casi completa de champiñones y leche.
En la despensa algunas latas de pimientos del piquillo enteros.
Y en el congelador unas preciosas gambas peladas.
Con estos ingredientes, me dije aquello de "imaginación al poder", y así empezó la receta.
Ingredientes:
Una lechuga
6 gambas peladas por persona
Mayonesa y ketchup
Pimientos del piquillo (cuatro por persona)
Una bandeja de champiñones
Harina, leche, nuez moscada
Para decorar: aceitunas negras cortadas, pimientos y pepinillos bien picaditos (ver nota).
Elaboración:
Limpiar y trocear los champiñones, freírlos, cuando ya casi estén añadirles una picada de ajo y perejil, dejar que la picada se dore. Sacar de la sartén y escurrir.
Hacer una bechamel consistente, reservar la mitad; a una parte añadirle los champiñones, la otra mitad la aclararemos con leche para llevarla a la mesa en un bol.
Limpiar y cortar la lechuga en juliana muy fina. Añadir las gambas que antes habrémos hervido un par de minutos y enfríado, mezclar e introducir en la nevera hasta el momento de emplatar. Es entonces cuando añadiremos la mayonesa mezclada con hetchup, recién sacada de la nevera.
Aparte rellenaremos los piquillos con la bechamel con champiñones.
Mientras mezclaremos la lechuga con las gambas, la salsa rosa y ayudados de un aro emplataremos, adornando con pepinillo y piquillo..
Cuando estén las ensaladas dispuestas en el plato, daremos un toque de microondas a los piquillos, sólo para templarlos. Los colocaremos en el plato y les daremos unas ligeras pinceladas con aceite, para que queden brillantes. Adornar con las aceitunas y servir.
Llevar a la mesa en un bol bechamel caliente de la que habíamos aclarado , para que cada comensal se pueda servir sobre los piquillos a su gusto.
Nota: Para adornar queda mejor que pepinillo clara de huevo duro picada fina. Yo no tuve tiempo de hervir los huevos.
Fuente: Imaginación al poder.