Esta mañana se ha despertado un día brillante, de esas mañanas de noviembre llenas de luz y en las que el cielo azul y la temperatura agradable aunque fría, te invitan a pasear.
Necesitaba unos moldes para emplatar y aprovechando esa excusa he cogido el autobús y me he bajado en las Ramblas, en la parada el Liceo.
Las Ramblas como siempre ofrecían un abanico de alegría y color, gentes deambulando, unos rápidos hacia su trabajo, otros, la mayoría “guiris”, haciendo turismo cámara en ristre, mujeres cargadas con la cesta de la compra entrando y saliendo del mercado de la Boquería, jubilados sentados en los bancos absorbiendo los rayos de sol, las floristas arreglando sus paradas. Y sobre todo flores muchas flores.
Con mi compra he reemprendido el regreso a casa, pero como hoy tenía un rato libre y el tiempo como ya he dicho invitaba a callejear, me he subido Ramblas arriba, he atravesado la Plaza Cataluña y he tomado desde el principio el Paseo de Gracia.
He de reconocer que tengo una debilidad por esta avenida barcelonesa y siempre que puedo me acerco a ella para hacer compras, para tomarme un café en alguna de sus cafeterías, o simplemente para pasear admirando las bonitas fachadas de sus edificios..
Hasta el año 1827 en que se inauguro como paseo, esta avenida era tan solo un camino que unía el casco antiguo de la ciudad con el vecino pueblecito de Gracia. Al ponerse en marcha el Plan Cerda en 1859 para la constitución del Ensanche barcelonés esta vía adquirió una gran relevancia. Poco a poco la burguesía empezó a instalarse en este Paseo, encargando a maestros de obras y conocidos arquitectos la construcción de sus casas, eran inicialmente edificios de cuatro pisos con talleres en sus bajos y de estilo ecléctico.
Tras la Exposición Universal celebrada en la Ciudad Condal en 1888, estos edificios se van remodelando o sustituyendo paulatinamente por otros más altos que albergaban en sus bajos farmacias, colmados, cafés…
Las familias burguesas competían en la contratación de los mejores arquitectos del momento, Gaudí, Puig i Cadafalch, Domènech i Montaner…, los edificios de estilo modernista se construían sin parar.
El modernismo encontró en la arquitectura y en la ciudad de Barcelona campo virgen para desarrollar sus obra, esta corriente impulsó el renacimiento de los oficios artesanos, se trabajo con esmero vidrio, barro, hierro, bronce, cerámica…
Varios de estos edificios se pueden admirar en el Paseo de Gracia
La casa Lleó Morera (Paseo de Gracia, 35), es un proyecto de 1902 del arquitecto Lluis Domènech i Montaner. Esta edificación obtuvo el primer premio del Ayuntamiento de Barcelona en 1906.
La Casa Lleó Morera
La Casa Amatller (Paseo de Gracia, 41), fue construida por Josep Puig i Cadafalch entre 1898 y 1900, debida a un encargo del chocolatero Antoni Ametller. Este edificio es de propiedad privada, pero en sus bajos hay una tienda y una Oficina de Turismo sobre el Modernismo, a las que se puede acceder, permitiendo admirar el arranque de la escalera y el vestíbulo.
La Casa Batlló (Paseo de Gracia, 43), Obra del arquitecto Antoni Gaudí, terminada en 1906. Su fachada ha sido considerada como “una de las fachadas urbanas mas espectaculares y brillantes del mundo”. Este edificio de propiedad privada se puede visitar todos los días.
La casa Batlló
A la manzana que contiene estos tres edificios se la conoce como “la manzana de la discordia”, se llama así porque en ella se expone el arte de tres de los más importantes arquitectos catalanes modernistas, Gaudi, Domènech y Puig i Cadafalch, contradictorios de estilo, pero igualmente importantes en cuanto a su valor arquitectónico y estético.
Otros inmuebles de interés son la Casa Enric Batlló de Josep Vilaseca i Casanovas, hoy convertida en hotel en el 75 de este Paseo, la casa Marfá del arquitecto Manuel Comás en el número 66….
Casa Enric Batlló y Casa Marfá
Hay otros muchos edificios que merecerían nuestra atención, pero si hay uno realmente singular en esta avenida, ese es el conocido por los barceloneses como “La Pedrera” (cantera en catalán).
La Pedrera
Chimeneas de la azotea de La Pedrera
Pero además de la visita artística del Paseo de Gracia, también podemos aprovechar para hacer compras pues en los bajos de los edificios podemos encontrar firmas internacionales como Louis Vuitton, Gucci, Chanel, Loewe, Búlgari, Armani, Cartier, Yves Saint – Laurent.., otras mas asequibles como Zara, H & M…. o el Boulevard Rosa que aglutina un conjunto de pequeñas tiendas donde poder realizar nuestras compras.
Una manera de terminar el recorrido por el Paseo de Gracia, puede ser entrando en el Palau Robert, sito en el número 107, junto a la Avenida Diagonal. Este palacete alberga en la actualidad una Oficina de Información de Cataluña, donde podrán orientarnos sobre recorridos por la ciudad o por el resto de la región, y si queremos descansar unos momentos lo podemos hacer plácidamente en un banco de su jardín a las sombra de los árboles centenarios mientras observamos el incansable ir y venir de las ruidosas cotorras afincadas en las copas de las palmeras cercanas.
Nota: Este paseo se realizó el 17 de Noviembre de 2008