Cómo vuela el tiempo en verano! Ya ha pasado un mes desde la entrada de la sopa de lechuga, mi propósito era publicar una receta por semana pero ¡mira! nada de nada y es que quieras que no en el mes de agosto es cuando más reuniones hay con amigos, comidas, cenas, aperitivos, además de excursiones y paseos mil.
Os voy a dejar algunas fotos que me han quedado como recuerdo de estos días:
Encontramos un gatito en el desagüe que recoge el agua del tejado. Solo oíamos un ruidito que dudábamos si era un maullido, intentamos ver lo que era pero no había forma, ya nos véis a todos maullando para ver si lo podíamos hacer salir, pero nada de nada, al final a uno de mis hijos se le ocurrió buscar el maullido de un gato en el móvil, lo acercamos al desagüe y al instante salió esta monada, no sabía ni comer, le tuvimos que dar leche en un biberón, pero como veréis en dos días se espabiló mucho y ya comía solo en su platito.
Per no ha sido el único hallazgo del verano, otro día apareció en el jardín este agapornis, estaba muerto de hambre, pero una vez que comió y bebió no sabéis lo contento que estaba y los picotazos que nos daba. Por más que buscamos a sus dueños no aparecieron.
Hicimos una merienda cena con este huevo de avestruz, dicen que equivale a ventitantos huevos de gallina, lo divertido fue toda la puesta en escena de abrir el huevo, los niños no sabéis como lo pasaron, pero los mayores también.
Han habido cantidad de comidas, cenas y celebraciones.
Excursiones por la montaña...
Paseos...
Fiestas con niños...
También hicimos una excursión con el trenecito amarillo, al que llaman "el pequeño canario".
Bueno y tantas y tantas cosas que como veis me han tenido un poco apartada del blog y es que además en verano cocino poco y lo que hago en casa es tan elemental que no merece la pena publicarlo y cuando tengo invitados al momento de servir no voy a decir: "esperar un ratito que voy a hacer fotos". Pero ahora ya vuelve la calma y es hora de ponerse las pilas.
Hoy os dejo una receta que hay que tener muy en cuenta, pues es rápida de hacer y te te saca de muchos apuros.
Pechuga de pavo, la ideal es la que venden envasada al vacio en Mercadona o el Corte Ingés, las que van dos unidades.
Aceite
Salsa Worcester
Sal y pimienta recién molida
Elaboración:
Colocar las pechugas en una fuente de horno.
Echarles un chorretón de aceite y otro de salsa Worcester, un poco más de aceite que de salsa.
Salpimentar
Dejar macerar un par de horas
Llevar la fuente al horno precalentado a 200º (controlar, pues cada horno no es igual)
Mantener diecisiete minutos, nuestro plato está listo
Cuando esté templado cortar en gruesos medallones
Servir acompañado de champiñones y pimientos caramelizados
Nota: Este es un plato para triunfar, el secreto está en no pasarse con el horno, para que la pechuga quede suave y jugosa.
Fuente: Mi amiga Lu