El año pasado en verano mi nuera estaba embarazada y claro, no podía tomar alcohol por lo que le idee esta bebida que se ha convertido en un clásico en mi casa para las tardes de verano. Muchas veces nos reunimos con familia o amigos en el jardín tomamos algún dulce de fabricación casera y lo acompañamos con esta bebida. Si se que alguno de los asistentes lo prefiere con alcohol entonces preparo la otra versión a la que llamamos Copa de Bienvenida y que encontrareis en el blog.
Las dos versiones son muy aplaudidas y para mi es muy cómodo pues así evito aquello, de a mi una Coca Cola, yo tomaría cerveza, ¿la tienes sin alcohol?, yo si puede ser una tónica, yo mejor un bitter... total que cuando llego a la nevera ya no me acuerdo de nada.
Esta mañana he realizado una visita guiada por el Monasterio de Pedralbes de Barcelona, muy, muy
interesante. Una de las zonas que hemos visitado ha sido la de las antiguas cocinas utilizadas desde el siglo XIV hasta el año 1983. Sólo un comentario: ¡Bendito progreso!
Alguna de aquellas monjas clarisas entendería mi receta: ¿tónica?, ¿sifón?, ¿gaseosa?...
Bueno volvamos a nuestros tiempos y vayamos ya con la receta:
Ingredientes:
1 tónica
Un chorro generoso de sirope de melocotón
1 vaso de vino de sifón o gaseosa
Frutas, trocitos de melocotón, o melón, frambuesas, grosellas, moras, o lo que se os ocurra
2 hielos grandes
Elaboración:
Colocar todo en una jarra de cristal, remover y servir.
Más sencillo no puede ser.
Nota: Yo los frutos del bosque los cojo del jardín y los guardo congelados, pero si no tenéis con trocitos de cualquier fruta vale.
Fuente: Imaginación al poder