Os voy a presentar a Frido. Frido es nuestro vecino "Erasmus", es decir un estudiante que cursa, en este caso un par de trimestres de su carrera, en la Universidad de Barcelona, estudia arquitectura y es un chalado por la obra de Gaudi, por eso eligió nuestra ciudad.
Frido vive con tres estudiantes más en un piso de nuestra escalera. Un día coincidió con uno de mis hijos en el ascensor, se saludaron, se cayeron bien y desde entonces y casi sin darnos cuenta se ha convertido en un miembro más de nuestra familia.
Es alto, pelirrojo, muy delgado, tiene un aire encantadoramente desvalido, que es lo que creo que nos ha llevado a todos nosotros a adoptarle.
Le encanta la paella, las croquetas, la tortilla de patata, el... bueno para que seguir, absolutamente todo lo que le pongo ante sus ojos. Es absolutamente encantador, ha sabido como ganarse a todos y cada uno de nosotros.
Según él es un gran cocinero. Bueno eso es muy discutible, pero lo que si es verdad es que sus recetas son fáciles, económicas y reconozco que la mayoría de las veces muy acertadas.
Paso a poner un helado, con el que nos obsequió en la Nochevieja.
Fuente: (familiar)
Ingredientes:
Una barra de turrón de vainilla
4 Claras de huevo
2 Cucharadas de azúcar
Coñac para quemar
Elaboración:
Montar las claras a punto de nieve, han de quedar muy firmes.
Colocar la barra de helado en una fuente apta para hornear, echarle encima con una cuchara la clara montada, de manera que forme una montaña tapando todo el helado.
Pasar un momento por el horno (grill), para que se dore ligeramente la parte superior de la montaña de claras de huevo.
Servir inmediatamente. Ya en la mesa echarle una ración generosa de coñac y flambear.
Servir.
Nota: También se puede hacer con helado de nata o turrón.
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