Normalmente en casa después de cenar, solemos tomar una tisana casera que yo preparo mezclando diferentes hierbas. Ayer vi que se me estaban acabando y esta mañana de sábado aprovecho para ir a aprovisionarme.
Me gusta mucho ir a la Herboristería que está junto a la Plaza del Rey.
Hace una mañana de Enero brillante y despejada, que invita a pasear. Convenzo a mi marido para que me acompañe y nos vamos hacia la Plaza Cataluña, para bajar paseando por las Ramblas.
Las Ramblas de Barcelona siempre suponen un espectáculo. Son las once de la mañana y están llenas a rebosar: "guiris" fotografiando las estatuas vivientes que se apelotonan a ambos lados del paseo, algunos aficionados al futbol discutiendo sobre el próximo partido del Barça junto a la Fuente de Canaletas, barceloneses comprando flores en los kioskos, niños embelesados contemplando los pájaros y cachorros que se venden en las paradas de animales.
Pasear por esta avenida barcelonesa que une la Plaza Cataluña con el mar Mediterráneo es un lujo, la alegría de la gente es contagiosa y el espectáculo está siempre asegurado.
Se nos acercan un par de alemanes rubios y grandotes, pidiéndonos que les hagamos una foto junto a una de las estatuas vivientes, ¡cómo no!, han elegido la que representa a Ronaldinho, la verdad es que el imitador es muy gracioso y la foto junto a los dos turistas resulta muy simpática, nos dan las gracias y se van encantados.
Seguimos nuestro camino y pasamos frente a la entrada del Mercado de la Boquería, ahí es donde se concentran la mayor parte de turistas cámara en ristre y es que el colorido de los puestos en que se exponen frutas, setas, hortalizas, verduras, caramelos, chocolates.... es impactante.
Pero hoy no nos detenemos en el mercado, merece una visita a parte.
Pero hoy no nos detenemos en el mercado, merece una visita a parte.
Al pasar por la calle Cardenal Casañas, hacemos un alto, y aprovechamos para en el número 10 de esa calle entrar en "Verkerke", para comprar un poster. En esta tienda se pueden encontrar todo tipo de posters y litografías a precios aceptables. Probablemente es la que tiene mayor surtido de toda Barcelona.
Con nuestro poster debajo del brazo volvemos a salir a las Ramblas para llegarnos hasta la Calle Ferrán, por la que empezamos a caminar. La segunda travesía de Ferrán a mano derecha es la Calle del Vidre, ahí en el número 1, junto a la Plaza Real está la Herboristería que buscamos.
Este establecimiento es uno de los más antiguos de Barcelona, data del año 1823 y fue la primera herboristería de Cataluña. La decoración actual data de los alrededores de 1860, época en la que la reina Isabel II, le concedió el título de "Proveedor de la Real Casa".
En el centro de la tienda podemos ver una fuente de mármol dedicada al naturalista sueco Carlos Lineo que antiguamente se utilizaba para guardar sanguijuelas.
Carlos Lineo luce en esta estatua casaca, y la típica peluca del sglo. XVIII. El pueblo acostumbrado a ver ese peinado en las monedas de la época, creyó que era el retrato del rey y de ahí viene, según explica Alexandre Cirici, en su libro "Botigues de Barcelona", el nombre de: "La Herboristería del rey."
En esta tienda en la que se mezclan aromas de los más de doscientas variedades de plantas que almacena, podemos encontrar además de hierbas medicinales y condimentarías, miel, especias, caramelos, aceites esenciales, también otros pequeños detalles como velas aromáticas, jabones....
Nos llaman la atención los armarios llenos de cajones pintados con acuarelas.
En el momento de entrar, la tienda está vacía, charlamos con el dueño que nos explica los orígenes de la tienda y que muy amablemente nos permite hacer fotografías del local. Mientras desde la calle, numerosos turistas fotografían los escaparates.
Pero tenemos que interrumpir nuestra agradable conversación pues, ¡ni qué se hubieran puesto de acuerdo!, uno tras otro empiezan a llegar clientes, muchos de ellos extranjeros.
Por lo que con nuestra compra, nos despedimos del dueño y salimos a la calle. Además de las hierbas que necesitaba, me llevo unos sobres de manzanilla con anís de de la Compañía de las Indias, que pruebo al llegar a casa y que puedo afirmar que esta buenísima.
Ante la puerta, en el suelo luce una placa de las que el Ayuntamiento otorga a establecimientos que se han destacado por su servicio a la ciudad.
Nos asomamos a la Plaza Real, para a continuación retomar la calle del Vidre hasta Ferran, allí atravesamos y adentrándonos por la calle Quintana, vemos una cola ante un restaurante, es Can Culleretes, un clásico, en ese momento tocan la una y medía en el reloj de una iglesia cercana, abren la puerta y la gente entra ordenadamente en el local. ¡Es como una invitación!, no lo pensamos dos veces, nos unimos a los clientes que van llenando las mesas.
Hacia mucho tiempo que no veníamos a comer a este restaurante, es el segundo mas antiguo de España y el primero de Barcelona, fue fundado en el año 1786. Es cita casi obligada para los turista que visitan la ciudad. El precio es muy aceptable. La calidad es proporcional a su precio. Su fuerte es la cocina tradicional catalana.
Y ya saliendo de Can Culleretes volvemos a salir a las Ramblas para desde allí regresar a casa.
Nota: El dibujo de La Herboristería del Rey lo realizó Aurora Altisent para el libro "Botigues de Barcelona".
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